¿Las motos chinas son una mierda?

altooctanaje17
14 jul
3 Min. de lectura

Pero… Explícame entonces por qué están cogiendo más calle que tú

Durante años, la gente decía que si una moto era china, era una cagadota. Que no servía. Que era una copia barata. Que se desarmaba con solo mirarla.

Y sí, hubo un tiempo en que tenían razón. Las primeras que llegaron a Colombia eran una rifa, y realmente el miedo era ¿me lleva a la casa o me deja botado?. Pero eso fue hace más de una década. Hoy la calle es otra. Y las motos también.

El mito de “lo chino sale chimbo”

A principios de los 2000, empezaron a llegar motos chinas a Colombia con nombres webones que nadie podía pronunciar. Y la gente le cogió fastidio a lo asiático porque dichas motos empezaron a llegar con materiales de mierda, sin garantía, sin respaldo y calidades… dudosas. Pero ojo: el problema no era que fueran asiáticas… el problema era que a las ensambladoras les importaba un culo el usuario final.

Pero eso cambió. Se dieron cuenta de su error y no se quedaron llorando y cuando los chinos, indios y taiwaneses se ponen serios… no juegan. Se pusieron las pilas. Invirtieron en tecnología, mejoraron materiales, abrieron redes de distribución y servicio técnico, pero lo más importante: escucharon las miles de voces que están en la calle, a aquellos pilotos incógnitos escondidos entre el trancón diario de cualquier ciudad.

Ahora si vamos al grano y dejemos tanta maricada y es que hoy en día hay motos asiáticas que no sólo aguantan, sino que andan más sabroso que muchas de marca “famosa”. aquí le dejamos un listado pequeño para que se la goce igual que nosotros:

TVS Apache 160 4V – le da sopa y seco a más de una japonesa de entrada.
Bajaj Pulsar NS 200 – esa moto no se rinde ni a palazos, además es la más visajoza
AKT TT 200 o CR4 – las ve uno más metidas en calle que un vendedor de Bon Ice y le andan hasta con el olor de gasolina
Zontes – si no sabés qué es, vaya y se pega una investigación bien áspera y vuelve. pero para hacerlo corto, vienen con más flow, electrónica y calidad que muchas motos que triplican su precio.
Lexmoto, Voge, CFmoto… ¿las conocés? Tal vez no, pero ya están acá. Y vienen a patear egos.

Lo más chimba de estas marcas es que no le están pidiendo permiso. Están reventando el pavimento. Algunas se ven una chimba, otras aún tienen sus detalles… pero en general, están dando la talla.

Pero el clasista del logo sigue jodiendo…

Lo más chistoso de todo esto es que así las asiáticas están mandando la parada actualmente, no falta el awebado que todavía cree que si no dice Yamaha, no sirve. Que si no ruge como R6, no vale. Que si la hizo un chino, entonces es de “pobre”. Y esos son los mismos que se les vara la moto japonesa o americana porque no tienen cómo pagar el cambio de aceite original.

Que chimba es comprarse una motico para que aguante, rinda y no lo deje tirado. Y adivine qué: las asiáticas lo están haciendo… sin necesidad de lamer botas.

Porque la calle no se engaña

Una moto buena no se mide por la marca, ni por el país donde nació. Se mide por el mierdero del día a día.

Y las motos asiáticas de hoy se están bancando huecos, gasolina de bajísima calidad, domicilios de sol a sol, viajes a pueblos sin pavimentar, y hasta dueños descuidados que no les hacen mantenimiento a tiempo.

Si eso no es aguante, entonces ¿qué putas es?

Acá no estamos diciendo que todas sean perfectas. Hay motos asiáticas que todavía llegan medio flojas. Pero eso pasa en todos lados. Lo que sí está claro es que hoy no podés hablar mierda de una moto solo porque es “china”. Porque si lo hace, ñero de verdad usted queda como un bruto que no sabe ni mierda de motos.

Así que la próxima vez que vea una Zontes, una CFMOTO o una TT 200 dándole duro por la ciudad, tráguese su ego y acepte que la calle ya eligió. Y no eligió por moda, ni por marca. Eligió por resultado.

SELLO DE APROBACIÓN BAD BOY CARS:

Desde BAD BOY CARS, le damos el visto bueno a las motos asiáticas modernas. Las que llegaron hace 20 años sí eran una mierda. Pero las de ahora, están hechas para rodar, aguantar y callar bocas. Punto.